miércoles, febrero 14, 2007

Children of Men (2006)




El género de la ciencia ficción es probablemente aquel en el que la comparativa entre la literatura y el cine obtiene un resultado más desequilibrado. Las grandes obras literarias son incontables; las cinematográficas, casi pueden contarse con los dedos de las manos. Y curiosamente, es entre aquellas películas en las que los efectos especiales apenas existen (o pasan prácticamente desapercibidos), donde encontramos gran parte de esas obras maestras. Una lectura de esto podría ser que se trata de un género más mental que visual.

Cuarón reconoce varias influencias a la hora de conceptualizar visualmente Children of Men: La Battaglia di Algeri (La Batalla de Algeria), Clockwork Orange (La Naranja Mecánica)… El estilo recuerda a otras historias de ciencia ficción donde el futuro se analiza más desde conceptos que desde grandes efectos, como bien podría ser 12 Monkeys (Doce Monos), o incluso Code 46 (Código 46). Uno de sus personajes, el peculiar Syd, recuerda al Harry Tuttle (Robert De Niro) de Brazil. Alargada es la sombra de Terry Gilliam.


Técnicamente resulta difícil de olvidar la escena de la emboscada en la carretera. Rodada íntegramente desde el interior del coche, los dos minutos y medio que dura son todo un ejercicio de originalidad con resultados magistrales. Otra escena que llama mucho la atención es un plano secuencia situado en pleno clímax de la película. Si bien estamos ante un plano secuencia como aquel que hiciera Alfred Hitchcock en The Rope (La Soga). Dura aproximadamente seis minutos, y consiste en cinco tomas diferentes, astutamente montadas para dar la impresión de un plano secuencia. De haber sido auténtico hubiera merecido un Oscar por sí mismo, y llamaría a la puerta de los grandes planos secuencias, categoría todavía liderada por Orson Welles con Touch of Evil (Sed de Mal). Por el contrario, tal vez le suponga un Oscar al montaje, excepcional más allá de esta escena. Alfonso Cuarón, que ya dirigió la sensacional Y Tu Mamá También, sigue confirmándose como uno de los jóvenes realizadores de mayor talento.

El protagonista absoluto es Clive Owen. Un actor al que el éxito le ha llegado ya de adulto y al que descubrimos protagonizando unos cortometrajes para Internet de la BMW. Dirigidos por grandes directores, como Ang Lee, Alejandro González Iñárritu, Guy Ritchie o John Frankenheimer, tenían en común únicamente que el argumento transcurría alrededor de algún modelo de BMW y de su conductor. Éste era siempre Clive Owen, un don nadie por aquella época, pero cuyo talento ya salía a relucir en aquellas películas de apenas ocho minutos.

Otro de los protagonistas de la cinta es Sir Michael Caine, que interpreta a un dibujante retirado, muy alejado de cualquier otro papel que haya interpretado con anterioridad. Él siempre hace muy bien su trabajo, así que no es necesario entrar en eso. Pero sí en el personaje, proyección de un John Lennon anciano, difícil de olvidar.

¿Te habías fijado en la camiseta?


Children of Men es una película con una importante carga política, y en la que la sociedad actual se refleja de una u otra forma. Los paralelismos con varias de las atrocidades de que ha sido capaz la humanidad, son más que provocados: el holocausto judío, los abusos en Guantánamo, la guerra de los Balcanes… Por no hablar del fenómeno de la inmigración, alrededor del cual prácticamente gira la historia.

Cuarón utiliza fotografías reales de estos y otros conflictos para recrear varias escenas. Una de éstas, que resulta tan curiosa como atractiva debido a su complejidad, es aquella en que vemos a una mujer anónima llorando la muerte de su hijo, que se encuentra sangrando en sus brazos. Esta imagen recrea una fotografía realizada en la extinta Yugoslavia que quien más quien menos ya ha visto. Pues bien, dicha fotografía alcanzó tal éxito no tan sólo por reflejar la crudeza de la guerra, sino por su extraordinario parecido con la Pietà (La Piedad) de Michelangelo. Éste está presente más allá de eso, pues la figura de El David también aparece en la película. Por no hablar de las obvias referencias a la Natividad. Hay mucho arte en Children of Men, como también vemos en la pared del amigo al que solicita ayuda, en la cual reposa el Guernica de Picasso, pintado como protesta por los bombardeos nazis en esa población en plena Guerra Civil Española. La enésima intencionada referencia.


Según he podido leer en una entrevista a Alfonso Cuarón (enlace aquí), aunque el punto de partida es común con la novela de P.D. James en que se basa este film, los derroteros que toma son bien diferentes. Una vez vista la película, puedo decir que es brillante. Espero poder leer pronto la novela.


Shantih, shantih, shantih.




Spoilers (pulsa aquí SÓLO si has visto la película)

Lo peor de este electrizante viaje es lo pronto que de él se baja Julianne Moore. Toda una lástima poder disfrutar tan poco de ella.

Otra escena a recordar (aunque toda la cinta lo es) es la del nacimiento de Theo (¿no resulta emotivo cuando Kee desvela que ése será finalmente su nombre?). Éste sería un perfecto ejemplo de efectos especiales que pasan desapercibidos. Bueno, salvo tal vez el bebé de Animatronics, aunque tampoco en exceso.

Cómo decía el doctor Ian Malcolm (Jeff Goldblum) en Jurassic Park (Parque Jurásico), “la vida siempre encuentra su camino”.

Comparativa entre dos escenas y sus respectivas localizaciones en Londres:




8.0

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