lunes, abril 02, 2007

azuloscurocasinegro (2006)


“Esta es una película que podrías haber escrito tú”. Estas palabras, dirigidas hacia mí, fueron pronunciadas por alguien a quien quiero (de ahí su valor y también su falta de) después de ver azuloscurocasinegro. Ahora me doy cuenta del calibre de aquellas palabras.

En la llamada ópera prima, uno pone todo lo que tiene dentro y más. Durante años acumulas ideas, tramas, situaciones reales y recuerdos que permanecen grabados en tu mente. Ideas que se van apilando en forma de masa cerebral, de hojas o de archivos. Se apilan en tu interior, ocupando más y más espacio. Llega un momento en que comienzan a rebosar. Finalmente encuentran salida.

Te enfrentas a tu primer guión, a tu primera película. Y lo expulsas todo, te vacías por completo. Es una sensación de plenitud. Pero dura poco. Entonces aparecen los miedos: todo lo que habías sido capaz de generar desde que eres persona, ya no está, ya no queda nada más que ofrecer. O al menos eso es lo que temes. Pero el que tiene algo que ofrecer, el que verdaderamente tiene cosas que dar y compartir con los demás, nunca estará vacío. Y si lo está, es tan sólo para poder llenarse de nuevo.

Sin duda, el género dramático es el único que produce cine de calidad de forma regular dentro de nuestras fronteras. Historias de la calle, crudas y reales; un cine basado en la sensibilidad y la cotidianeidad. Ese es nuestro fuerte, es lo que sabemos hacer bien.

Me llama poderosamente la atención la carencia absoluta de romanticismo en esta historia. Sí hay amor, pero de otras clases. Algunos personajes piensan que aman, pero en realidad no lo hacen. Otros piensan que son amados, pero tampoco es cierto. La cinta rezuma amargura así cómo una total carencia de fe en lo que respecta al amor de pareja.

Quim Gutiérrez hace un gran trabajo. Tras muchos años apreciando su trabajo en series catalanas, me reconforta ver que una vez más el talento se abre camino. Y en cuanto a Marta Etura… qué decir… posee una de esas bellezas que duelen y que hacen a uno preguntarse si es digno de admirarla. Nada parecido me inspira la lineal e insulsa interpretación de la otra protagonista femenina, Eva Pallarés (Natalia).

Ojalá que ésta sólo sea la primera de muchas más películas de Daniel Sánchez Arévalo, incluso aunque no lleguen a ser tan hermosas y brillantemente escritas como esta.


Si deseas un trabajo en el que llevar traje,
no busques un gran trabajo.
Tan sólo busca un traje.



azuloscurocasinegro @ IMDb

7.7

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